23 de agosto de 2017

Campo de concentración de Bergen Belsen

El campo de concentración de Bergen Belsen se encuentra a 20 km de la ciudad de Celle, en el estado federado de Niedersachsen. A algo más de 70 km de Hannover, la capital del estado.
En 1936 la Wehrmacht, que vendría a ser el ejército nazi, comenzó a prepararse para la guerra y cerca de la ciudad de Bergen se construtó un gran complejo que serviría para la formación de soldados en fuerzas motoras acorazadas, es decir, tanques.  Los trabajadores encargados de construir esos cuarteles fueron emplazados en unos barracones que fueron derivando al actual campo de concentración.

Entrada actual al recinto del campo de concentración.

No fue hasta 1940 cuando la función de estos barracones fue modificada y comenzó a albergar prisioneros de guerra. Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial el acuerdo de la Convención de Ginebra de 1929 fue respetado, en el que se especificaba que tan solo los prisioneros de guerra podían ser internados en lugares denominados Stalag, en estos emplazamientos nunca podría haber civiles.
En junio de 1940 llegaron los primeros prisioneros de guerra, unos 600 soldados belgas y franceses y el nombre de este lugar pasó a ser Stalag XI C (311) Bergen-Belsen.
Un año más tarde, en julio de 1941 llegaron más de 2000 prisioneros soviéticos y su número fue en aumento hasta que en el otoño de ese mismo año el número de prisioneros llegó a ser de 21000 hombres. Las infraestructuras con las que contaba este lugar no estaban preparadas para albergar tal cantidad de gente y los propios presos tuvieron que construirse sus refugios. Dado que estas construcciones no eran nada estables hubo bastantes accidentes con víctimas mortales.

En 1943 los judíos comenzaron a ser enviados a estos lugares, a pesar de llevar el nombre de Stalag. En junio de ese mismo año llegaron a Bergen Belsen más de 2300 judíos provenientes de Polonia.
No se sabe con exactitud cuantos judíos fueron enviados a este campo de concentración, se cree que el número total asciende a casi 15000 personas, la mayoría provenientes de Hungría y los Países Bajos.
Durante los años en los que duró el conflicto bélico hubo transportes masivos de prisioneros desde este campo de concentración a Auschwitz, donde muchos de los presos eran asesinados nada más llegar.
Tras la derrotada del ejército nazi en Varsovia todos los campos de concentración de la zona comenzaron a enviar a los prisioneros a Bergen Belsen e incluso la gran mayoría de los oficiales y trabajadores de Auschwitz fueron trasladados a este lugar.
Se estima que desde octubre de 1944 hasta diciembre de ese mismo año más de 85000 personas fueron transportadas al campo de concentración de Bergen Belsen.
A partir de enero de 1945 este lugar se comenzó a desmantelar y los prisioneros fueron de nuevo reubicados en diferentes campos de concentración.
El 15 de abril de 1945 las tropas británicas entraron en el campo de concentración y es el día en el que se liberó del domino nazi.


Es imposible saber cuantas personas fueron asesinadas, pero se estima que hasta el momento de la liberación el número ascendía a más de 20000, aunque de los 29000 presos, hombres, mujeres y niños que sobrevivieron a la llegada de los ingleses muchos murieron en los meses posteriores.

Tras la liberación se comenzó el lento trabajo de repatriar a la gente que había allí. Muchos de ellos lo habían perdido todo y muchos de los judíos polacos no podían regresar a sus casas. Las repatriaciones duraron hasta mediados de 1950 cuando el campo de concentración de Bergen Belsen se cerró y las personas que aún quedaban sin hogar fueron enviadas a Upjever.

Los militares, responsables y prisioneros colaboradores que tuvieron parte de este genocidio fueron juzgados y muchos de ellos ejecutados.

En noviembre de 1952 se inauguró el monumento conmemorativo de Bergen-Belsen y en abril de 1966 se abrió el primer Centro de Documentacióndel Memorial de Bergen-Belsen.


En la actualidad, 2017, lo que podemos encontrar es un Centro de Documentación que data del 2007 en el que los visitantes pueden recorrer la historia de lo que aquí pasó.

Los horarios:
De octubre a marzo: de 10 a 17 horas.
De abril a septiembre: de 10 a 18 horas.
La entrada es gratis.

Los exteriores se terminaron de remodelar en el 2012, pero no hay ningún edificio que visitar, tan solo podemos encontrar una explanada gigante invadida por la naturaleza que nos permite hacernos una idea de la magnitud de lo que allí se llevó a cabo.


Hay unos cuantos monumentos conmemorativos a las víctimas repartidos por los terrenos exteriores. Aunque personalmente lo que más impresionó fueron los enormes y numerosos montículos que señalan la ubicación y superficie de las fosas comunes.


"Aquí descansan 1.000 muertos. Abril 1945."

Es imposible que no se forme un nudo en el estómago al ver estos lugares. Lo que uno siente cuando pisa este terreno es indescriptible.
No nos podemos llegar ni a imaginar lo que allí ocurrió y el silencio es absoluto. No podemos olvidar que este lugar existió, no podemos olvidar lo que aquí sucedió pues algo así nunca debe volver a repetirse.


No es una visita agradable, pero creo que todo el mundo debería de ir alguna vez a un campo de concentración, si no olvidamos nuestra historia y aprendemos de los errores del pasado, no se volverán a cometer en el futuro.

Os dejo una entrada a otro campo de concentración nazi, Sachsenhausen, ubicado en las inmediaciones de Berlín.

¡Un saludo!

7 de agosto de 2017

El truco está en pronunciar todas las letras

Ha pasado ya bastante tiempo desde que hablamos por última vez del tema de la pronunciación, os dejo los enlaces a las dos entradas anteriores:

Pronunciación: Logopedia.
Pronunciación: Sch, st, sp.

En esta ocasión vamos a seguir hablando de las dificultadas que tenemos los hispanohablantes para pronunciar el alemán de manera correcta, aunque más que todos los hispanohablantes creo que esta entrada en concreto va más dirigida a los españoles.

Una de las cosas que más me ha repetido mi logopeda durante las sesiones es que pronuncie todas las letras. No están ahí de adorno, me dice, que una letra esté al final de la palabra no significa que no deba de ser pronunciada.

Y es algo que me cuesta muchísimo, no porque no sepa que la letra está ahí, pero es que ¿quién dice KölN? ¿Quién pronuncia la “n”? Los alemanes, los españoles que conozco siempre viven en “Köl”. Para decir esa letra hay que concienciarse mucho y hablar despacio, pensado lo que estás diciendo y pronunciando, en cuanto comiences a hablar a una velocidad normal las últimas letras se van de nuevo de paseo.
Esta no es la única palabra que sufre amputaciones finales, la más propensa es “und”. Esa “d” final me trae por la calle de la amargura. ¿Cuántas veces decimos “und” en una conversación? Y cada una de esas veces yo pronuncio “un”, añadirle esa “d” final me cuesta horrores, queda tan antinatural “unD”. Hay que añadir la “d” aposta, y me suena hasta forzado.

Los “ist” también suelen ser acortados, pero hay tantas veces en las que una palabra alemana, dígase verbo, acaba en “t” que esa creo que la tenemos algo más interiorizada.

Soy consciente de este problema, sé que me como las últimas letras de algunas palabras y la mejor forma que he encontrado para solucionarlo es leer en voz alta. Cuando lo hago me oigo a mi misma por lo que me doy cuenta de lo que digo y puedo corregirme.

Aunque tengo que confesar que estas correcciones las he dejado bastante de lado, hace tiempo que no presto atención a las “d” finales del “und”, pero es que resulta tan pesado…

Yo no me di cuenta de que no pronunciaba estas letras hasta que mi logopeda me lo hizo ver, y cuando supe de ello se lo dije a algunos amigos españoles y todos se sorprendieron al percatarse de que tenían el mismo problema que yo y no lo sabían. Así que quizás es algo que tú también haces sin que te des cuenta.

¿Qué me decís? ¿Pronunciáis todas las letras? ¿Decís “und”? ¡Contadme!

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Todos aquellos que no hemos aprendido el alemán desde pequeños sabemos lo difícil que puede resultar este aprendizaje, pero no es imposible, eso te lo aseguro. Pincha aquí para ver todas las lecciones que ya hemos visto.

¡No desistas! Al final lo conseguirás.

Un saludo!!