Protesta sobre la bici

Desde el primer momento en el que ponemos medio pie en Alemania nos damos cuenta de lo utilizadas que son las bicicletas, hay muchísimos carriles para ellas, tanto por la ciudad como por los extraradios y a pesar de que nosotros no estamos acostumbrados a convivir con ellas uno acaba aprendiendo a marchas forzadas. Se hacen respetar, en cuanto pisas la raya que separa el carril bici de la acera ya están pitando, así, exagerando un poco. Siempre he visto estas situaciones desde el punto de vista del viandante y debo decir que siempre pensé que eran un poco exagerados, pero ahora que me estoy animando a ir con la bici tengo la otra cara de la moneda y entiendo perfectamente esa "agresividad".

Yo soy así de guay, con unos 12 años iba con unos amigos con la bici, vi una cuesta y dije, yo eso lo bajo. Y lo bajé, vaya que si lo bajé. Y desde entonces no volví a subirme en una bici... Así que ahora casi 15 años más tarde estoy recuperando de mi memoria como es eso de ir por el mundo encima de una bici.

¿Conocéis el dicho ese de "montar en bici nunca se olvida"?  Pues es cierto, os lo digo yo que lo estoy viviendo de primera mano. Lo que el dicho este no menciona es que el manejo si que se olvida y mucho.

Así que poco a poco voy perdiéndole el miedo a ir con la bici por la ciudad. Yo siempre veía a los biciclistas con su bici todo decididos y pensaba que esos pitiditos eran innecesarios, ya sé que es el carril bici, no me voy a meter.

Pero ahora que soy yo la de la bici todo se ve de otra manera, pues nunca puedes saber si ese peatón te ha visto y no va a invadir tu carril, por lo que más vale prevenir que currar y pitido al canto.

De peatón creía que la gente respetaba el carril bici, como ciclista opino todo lo contrario. Hay muchísimos obstáculos y bastante gente se cruza sin mirar primero. Me he llegado a encontrar grupos de autobuses turísticos aparcados al lado de la carretera dejando a los pasajeros salir en el carril bici. Y ¿qué voy a hacer? Yo voy por mi sitio, que se aparten ellos. Y ya os digo que esquivar a todos los ocupantes de tres autobuses es complicado además de peligroso.

Antes pensaba que los ciclistas eran un poco arrogantes, siempre pitando, creyendo que llevan la prioridad ante cualquier otro vehículo con el que se encontrasen, pero es que como no se hagan respetar puedes acabar por los suelos. Coches que invaden el carril bici, pues deciden que este es el mejor lugar para aparcar, peatones que se cruzan y recruzan sin mirar, señoras que pasean el perro, que si, que ellas van por la acera y el perro está en el jardín, pero sepa usted que la correa que os une no es inmaterial. Barricadas y yincanas de serones de basura. Señoras con carritos de bebé o andadores con la firme convicción de que toda la acera es suya, carril bici incluido, por supuesto, así, una al lado de la otra, en formación estorbo, y osa pitarles.

Por todo esto, y algo que seguro que me he dejado en el tintero, desde aquí elevo una queja por todos esos obstáculos que nos encontramos, que algunas veces hacen del trayecto una aventura, pero que por mucho que tu prestes atención y vayas por tu lugar, nunca sabes quien va a decidir cruzar en ese momento el carril bici.

Peatones, conductores, tened en cuenta esto la próxima vez que vayáis a invadir este carril.

Esta entrada es más en plan desahogo que otra cosa, el finde pasado estuve bastante tiempo dando vueltas con la bici y acabé un poco cansada y frustrada de toda esa gente que no respeta estos carriles.

Un saludo!!